¡Espabila! ¡O se te escapará el tren! -Grita la voz de su conciencia.
Por fin ha llegado el día. Es 20 de marzo y Rosa viaja a Málaga a visitar a su prima, tienen un asunto pendiente. La estancia con ella siempre es dulce, agradable y especial. Vera, transmite calidez y positivismo.
Rosa, no ha pasado por uno de sus mejores momentos. Su novio la ha dejado este invierno, no ha podido centrarse en los exámenes de la universidad y como resultado, sus padres están preocupados y proyectan en ella sus miedos, en forma de enfado.
El invierno le ha resultado más frío que de costumbre. En su transcurso, su corazón se quedó helado y poco a poco ha ido buscando la manera de darle calor.
El viaje de 8 horas en autobús se hace corto. Lo dedica a pensar en ella. Desde hace unos meses se ha dado cuenta que siempre ha pasado los días intentando analizar el comportamiento de los demás, pero que lo importante es aprender a cuestionarse el suyo propio. Y es que, nos pasamos la vida buscando explicaciones y justificando la conducta del otro, y en cambio, nunca nos preguntamos a nosotros mismos, qué es lo que hacemos o dejamos de hacer para que las cosas sean como son.
Rosa, ha descubierto el lado positivo de la soledad. Ese que le permite descubrirse a ella misma cuando no hay nadie más a quien mirar. Cada encuentro con ella, es como tener una cita de primavera, donde los conflictos, dejan de ser problemas para convertirse en experiencias y aprendizajes vividos, el frío se vuelve templado, el ruido de tormenta se convierte en canto de pájaros revoloteando por su nido, y las “espinas” de las “rosas”, tan sólo nos recuerdan el valor de las cosas bellas porque si seguimos adelante y miramos hacia arriba, podemos ver la belleza de la flor, la vida.
De repente, Rosa da un brinco en el asiento, a la par que sale del embelesamiento donde había quedado sumergida con sus pensamientos. La voz del audífono del tren, avisa de la siguiente parada, la suya. Mira la hora y el reloj marca exactamente las 17:57h. ¡Acaba de entrar en la estación!. Y ahora más que nunca, huele a primaVera.
Desde la ventana, ve a su prima abriéndose paso entre la multitud de gente para acudir a su encuentro. Sabe que, en cuestión de segundos, nada más bajar del tren, sentirá su abrazo y con él, acabarán de despertarse todos sus sentidos. Esos que tanto tiempo permanecieron “aletargados”.
-Mmnnn… ¡Qué ganas tenía de verte!. Y sobretodo de citarte con él. No sabía cómo hacerlo, así que hemos quedado todo el grupo después de cenar para tomar algo y así…, ¡ya sabes! -Dice Vera. -Ok, primita. Te empeñaste en citarme con Héctor y ¡no sabes cómo hacerlo, eh!. -Responde Rosa.
La música bajita del local, invita a hablar y a contonear las caderas de forma femenina y elegante. A los 5 minutos de estar allí, aparece esa mirada oscura y penetrante, con sonrisa juguetona, adornada de hoyuelos cerca de la comisura de esos labios que invitan a ser besados y nunca se atrevió a besar.
Rosa está bella y radiante. Se ha arreglado para la ocasión sin perder su esencia y personalidad, de forma cómoda y casual. Eso le hace sentir segura y proyectar todo su atractivo, que hace mucho tiempo no saca a pasear.
Héctor, el dueño de esa mirada, se acerca a saludar y esta vez, la voz de Rosa no tiembla. No se pregunta por qué se ha acercado, sólo piensa en que le ha encantado que así sea y que si él no lo hubiese hecho, lo hubiese hecho ella. Así que, su cerebro empieza a recibir todos los estímulos que Héctor le regala; el dulce sonido de su voz invitándola a bailar bachata, el roce de su piel al tocarla, el olor de su perfume con cada movimiento, esa mirada cada vez más fusionada en sus pupilas, y de vez en cuando, esa boca jugando a encontrarse con la suya.
Rosa, sabe que en esta ocasión, no hay ningún motivo como para no dejarse llevar. Es un chico de confianza, sincero, responsable, educado, respetuoso, guapo, guapísimo y el único motivo como para no disfrutar sería el de no permitírselo ella misma, así que, deja aparcados los miedos que bloquean su cerebro para que éste pueda percibir y “ejecutar” todos los estímulos recibidos, pudiendo así, dejarse llevar, sentir y disfrutar.
Y es que, cuando las cosas no marchan bien, tan sólo tenemos dos opciones para actuar y en nosotros está la decisión; seguir manteniendo nuestro cerebro ocupado con información negativa a través de mensajes de preocupación y miedo, dejándolo bloqueado ante los estímulos agradables de la vida, escuchando sólo la “tormenta” ó ponernos en marca buscando soluciones a lo que nos preocupa, para vislumbrar luz de rayitos de sol en el camino, dando paso a estímulos de calor y olor a primaVera.
¡Hagamos de cada cita con cada uno de nuestros días, una cita de primaVera!
Cristina Valiente Catalán
(Terapeuta Sexual-AFOSEX)
Asesoría de Afectividad y Sexualidad “Infosex Joven”
Dirigida a jóvenes entre 18 y 35 años. Gratuita y anónima. ¡Pide cita previa!
Concejalía de Juventud – Ayuntamiento de Alicante
Centro 14
C/ Labradores, 14
03002 Alicante
965 14 96 66
centro14@alicante.es
www.centro14.com
Síguenos en Facebook, Twitter, Tuenti, Google+, Youtube e Instagram.